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miércoles, 14 de marzo de 2012

Acerca del trabajo de las comisiones


Para Elisabeth Sarduy & Jaime Sarusky

Aunque tenía 
algún talento para la pintura
la comisión de la Academia 
dos veces lo ignoró

a pesar
de que aquellos
paisajes poseían
cierto aliento 
de boscajes del Rin
y los músculos
en sus bocetos
respiraban
con soberanía.




Anduvo 
con hambre
cinco años por Viena
y se juntó 
en antros de mala muerte
con insatisfechos sociales
que como él odiaban
a Marx, el tabaco, el alcohol
y al refractario
sistema educativo.


Leyó poco después
para infortunio nuestro
su primer panfleto 
antisemítico.

Aquel muchacho
se llamaba Adolfo.

Hitler.

(Recreos para la burocracia©Sigfredo Ariel, 2012)







2 comentarios:

  1. Un gran texto, con la sencillez y la exactitud que te caracterizan. Me haces creer que la verdadera poesía está en el lenguaje que, acercándose al silencio, se encaja certero y ágil en el pensamiento.

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  2. Brillante e inquieto. Capaz de crear los mas hermosos paraísos y el mas terrible infierno. Un creador, sensible y fatal.

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